Los Bengala

29 agosto

Comenzaron esta aventura hace cuatro años sin más pretensiones que las de tocar y trasnochar pero el destino les ha convertido en uno de los proyectos de rock and roll más excitantes del momento. Guillermo Sinnerman con su guitarra, Borja Téllez a la batería y sus dos voces a coro, hacen que sea difícil creer que únicamente haya dos personas encima del escenario. Allá por donde pasan crean fieros adeptos al bengalismo hasta tal punto, que varias de sus canciones ya se han convertido en himnos coreados por adultos, jóvenes y niños. La selva se les ha quedado pequeña.

Con su aclamado álbum debut Incluso Festivos, publicado conjuntamente por Dirty Water Records de Londres y Wild Lion Records, dieron un golpe sobre la mesa seguido de un ascenso, progresivo pero imparable, dentro del panorama nacional.

The Floating Garden

30 agosto

Floating Garden es una joven banda de indie galáctico. Sus composiciones espaciales y ácidas están en la órbita de bandas nacionales como Los Planetas o Los Piratas, así como internacionales: Radiohead, Mercury Rev o Spiritualized.

La banda se forma en verano de 2016 con su primer EP autoproducido: “Experiencias cercanas a la suerte”, un trabajo que funde psicodelia y pop galáctico con evocadoras letras que hablan de mundos lejanos pero también denuncian los problemas de éste. En 2017 presentan sus canciones por todo el territorio nacional,

participando en el Festival Conerótica de Murcia, llenando el Café Quimbara de Granada y tocando en otras míticas salas de la capital como Wurlitzer, Caravan, Republik o Costello.

En este 2018, Floating Garden está a punto de publicar su segundo trabajo, grabado en el estudio Refugio Antiaéreo bajo la producción de Jaime Beltrán (Los Planetas, Sr. Chinarro).

Joe Crepúsculo

31 agosto

Joe Crepúsculo es uno de los mejores representantes estatales del pop raruno que cultivaron/cultivan grupos como Astrud o Hidrogenesse. Con una característica voz desganada y descuidada, y una música a la que superficialmente se le podría poner también el segundo adjetivo, pero que detrás del lo-fi esconde capas sonoras más sutiles y unas letras brillantes que lo convierten en alguien inimitable.